A los pies de la Sierra de la Demanda y bañado por el río Cárdenas, encontramos el pueblo de “San Millán”, al principio a secas y a partir de 1199, gracias a una bula, “de la Cogolla”, derivación de Cogulla (cima de monte), quizá por estar a más de 700 m. de altitud. En sus tierras reposa uno de los monasterios con más historia y raigambre de la península.
El conjunto monumental de San Millán de la Cogolla está formado por dos monasterios:
San Millán de Suso (de arriba) el más antiguo, fundado en el siglo V. Está construido a partir de una cueva donde se conservan dos claustros y encastrado en la montaña. Su arquitectura tiene elementos visigóticos, mozárabes y prerrománicos. De él se conserva un archivo monacal a partir del siglo IX, del que salió una magnífica colección de códices que aún hoy se conservan en buen estado. Llegó a convertirse en unos de los centros culturales más importantes de Europa debido a su scriptorium (escritorio), del que han perdurado las primeras palabras escritas en castellano y en euskera. Se le conoce como la “cuna de la lengua castellana” porque en él sirvió como notario Gonzalo de Berceo, primer poeta castellano, que reposa entre sus muros en una capilla románica. Actualmente pertenece al Estado, está deshabitado y puede visitarse con acceso restringido.
El Monasterio de Suso también es conocido como el Panteón de los siete héroes castellanos: Cuenta la leyenda que siete hermanos, hijos de un noble de nombre Gonzalo Gustioz, fueron capturados por los musulmanes en una emboscada, tras lo cuál fueron trasladados a Córdoba donde los mantuvieron presos para después decapitarlos. Una de las criptas de las cuevas originales del Monasterio de Suso alberga los siete sepulcros de los infantes.
En la segunda cueva llamada Oratorio de San Millan, podemos encontrar el cenotafio de San Millan. Se trata de una escultura yacente del santo de época románica (siglo XII), pero también, en esta misma cueva se encuentra el que está considerado como el altar más antiguo de España.
Marga G.-Chas Ocaña