El Monasterio de Valvanera esta dedicado a la veneración de la Patrona de La Rioja, la Virgen de Valvanera, de la que guarda la imagen original, convirtiéndolo así en un objetivo de peregrinación. Pero los orígenes, tanto del edificio como de la talla no están claros.
El Monasterio está enclavado en la montaña, a unos 1000 metros de altitud en el Monte Morí de la Sierra de la Demanda, en plena Rioja Alta, rodeado de vegetación y con una vistas privilegiadas, lo que lo convierte en un remanso de paz y espiritualidad.
La primera iglesia asentada en este enclave, en la que se estableció el principio de la vida cenobítica fue visigótica, datada en el siglo X, en la época de Leovigildo. Sobre ella se edificó un templo prerrománico del que queda constancia de su consagración por el Obispo Fortuno pero del que no quedan restos. Posteriormente se construyó otro románico del que se conserva la torre. Con el paso de los siglos las construcciones se siguen sucediendo, la iglesia actual es gótica del siglo XV al igual que la biblioteca, que es muy interesante porque alberga manuscritos y libros de gran valor, entre los que destaca un códice miniado del siglo X. La Edad Media fue su época de mayor esplendor con donaciones de monarcas y como lugar de peregrinación. En el siglo XIX fue saqueado por las tropas de Napoleón y a causa de la desamortización tuvo que ser abandonado por los monjes hasta su última restauración y consecuente reinstalación de la vida monástica por sus antiguos ocupantes, los monjes benedictinos.
Con la imagen de la Virgen pasa algo similar, aunque está datada como románica del siglo XI y considerada una de las imágenes de la Virgen más antigua de España, se sabe que es anterior. Su hallazgo fue narrado en castellano lengua «vulgar y materna» por Gonzalo de Berceo y traducido al latín por el Abad de Valvanera para su inclusión en la «Historia Latina», conservada en la biblioteca del monasterio. Cuenta que Nuño Oñez, un ladrón arrepentido ante los rezos de su víctima tiene la visión de un ángel que le revela el emplazamiento de una imagen de la Virgen Maria. Con la ayuda del clérigo Domingo encuentra la Sagrada Imagen y comienzan a edificar una sencilla iglesia, el primer lugar de culto en el emplazamiento, en el último tercio del siglo IX.
La Imagen representa a la Virgen Maria portando al Niño que, sentado sobre su regazo, vuelve el rostro a la derecha, bendiciendo y mostrando un libro, pero sus pies descalzos miran en sentido contrario, lo que da hasta un poco de grima. El autor y la fecha de la talla son desconocidos, pero podría ser anterior a la fecha de su supuesta aparición por algunos de los detalles del dibujo: la túnica de la Virgen tiene amplias bocamangas como la moda de las cortes del siglo IX, especialmente la asturiana, pero el manto del Niño es fiel al estilo de las clámides imperiales bizantinas, por lo que se puede situar a finales del XVIII o principios del IX dado su estilo bizantino/visigótico.
La Abadía cuenta además con una Hospedería regida por los propios monjes. Esta muy bien de precio para el lugar privilegiado que es, tiene restaurante con especialidades de los religiosos, bar, un amplio salón social y resulta un excelente punto de partida para realizar excursiones por los alrededores aunque las reservas deben hacerse con bastante antelación.
Marga G.-Chas Ocaña