Se sabe que en el emplazamiento de la fortaleza hubo, no solo una fortaleza anterior, sino un asentamiento prehistórico perteneciente a la Edad del Bronce Medio. Se asienta en una terraza sin apenas altura sobre el valle pero acondicionada por las construcciones anteriores. Del primitivo poblado hay restos de excavaciones en el interior de la Torre del Homenaje.
Cuando Leiva emprendió la construcción del castillo, con finalidad defensiva, derruyo la edificación anterior, que consistía en una torre con una casa de aposento y aprovecho los materiales para la nueva obra.
El castillo de Leiva es una obra rotunda, cuadrada casi monástica. De planta rectangular con 27 metros de longitud y 22 de anchura, estuvo rodeado por un foso perimetral hoy desaparecido. Su dotación defensiva consta de cuatro torres situadas en los ángulos, tres de ellas de planta octogonal y una de planta decagonal, mayor envergadura y altura, la del ángulo sureste, considerada la Torre del Homenaje. Todas ellas están coronadas por remates amatacanados y cornisa sobre la que se apoya la cubierta de teja.
La fortaleza que vemos hoy aun conserva mucho de la construida en el siglo XV, aunque algunos de sus elementos han ido desapareciendo, como el antes mencionado foso. También ha perdido altura, el original cubría los chaflanes de los torreones.
El interior se distribuye a partir de un patio de armas. Constaba de planta baja, primera y bajocubierta, pero la planta baja era más elevada que la actual. Los techos de las dependencias destinadas a vivienda estaban cuidadosamente decorados y aun se conservan vigas y tablas del artesonado, decorado con motivos geométricos y vegetales.
El castillo se fue deteriorando a lo largo de los siglos XIX y XX y no presenta modificaciones substanciales hasta el siglo XX. Fue propiedad de la fábrica de harinas La Esperanza y fue vivienda de varias familias que adaptaron el edificio a sus necesidades compartimentando los huecos existentes, abriendo vanos nuevos y haciendo una escalera en el paño norte.
A partir de octubre de 1998 el castillo paso a ser propiedad del ayuntamiento y en mayo de 1999 lo adquirió la Comunidad Autónoma de La Rioja, su actual propietaria.
Marga G.-Chas Ocaña