Briones, tierra fronteriza como casi toda la comarca de la Rioja Alta fue testigo de luchas y combates, primero entre moros y cristianos y luego entre distintos condados y reinos cristianos medievales de, sobre todo entre los Reinos de Castilla y Navarra.
Se extiende por la ribera derecha del río Ebro emplazado sobre un cerro de 80 metros de altura con su ladera norte cortada sobre el río en pendiente casi vertical dominando el territorio alrededor.
Si hay algo que distingue y caracteriza a Briones son sus vinos. Sus viñedos y la alta calidad de sus bodegas son famosos incluso entre el entorno vitícola riojano mas especializado. Esta fama le ha hecho vivir durante siglos en una situación de prosperidad que se traduce en lo señorial de su casco histórico con numerosas casonas señoriales y palacios. Otro de los símbolos de su estatus es la catedralicia Iglesia de la Asunción con una de las mejores torres barrocas de La Rioja. Por la calidad, conservación y riqueza de todos estos monumentos, Briones es considerado Conjunto Histórico Artístico.
Dada su situación de villa fronteriza entre los terrenos de la Sonsierra, tuvo una gran importancia estratégica y en su termino se levantaba un castillo fortaleza en la línea de otras villas fortificadas de la zona, como La Bastida, La Guardia o Labraza.
El castillo de haya en ruinas, su Torre del Homenaje se derrumbó definitivamente en 1941, sin que nada se hiciera por su conservación o reconstrucción,
Además de la riqueza monumental, Briones se encuentra en un enclave natural privilegiado, de gran belleza, dominado por La Sierra de la Demanda al sur, que lo engalana con sus nevadas cumbres, al norte lo cierra la Sierra de Cantabria, con el Tolono y Peñacerrada y el caudaloso río Ebro que lo abraza.
Marga G.-Chas Ocaña
