Torrecilla es un pueblo con poquitos habitantes, pero una gran historia y mucho turismo. Los turistas se acercan hasta Torrecilla llamados por su patrimonio y la riqueza de sus monumentos, por sus rutas por la naturaleza, por practicar actividades deportivas como caza y pesca y por otros deportes de riesgo como escalada y barranquismo. También se practica espeleología en la “Cueva Lóbrega”.
Es la capital histórica de la comarca de Cameros, presidida por su sierra, bañada por el río Iregua y dividida en tres barrios: San Martín, El Campillo y Barruelo. Está a 30 km de Logroño.
Pero Torrecilla ha pasado de ser un pueblo ganadero a ser un pueblo turístico, especialmente durante el veraneo. Cuenta con zonas de acampada y campamentos de verano junto a las piscinas municipales.
Los monumentos de Torrecilla son casi todos religiosos, si exceptuamos el puente sobre el río Iregua, un puente medieval con un único ojo que une los barrios de San Martín y el Barruelo. Lo que más abunda son las ermitas. En el casco urbano está la Iglesia Parroquial de San Martín de los siglos XV y XVI, renacentista con un alto campanario que se ve desde todo el pueblo. Las ermitas que pertenecen al pueblo son las de San Antón , del siglo XVI, San Pedro y San Andrés que son románicas con detalles mozárabes y la de la Virgen de Tómalos.
Uno de los deportes favoritos de los visitantes es subir hasta el mirador que se encuentra junto al Sagrado Corazón de Jesús, en la parte más alta del pueblo junto a la ermita de San Antón. Hay asientos para disfrutar de la panorámica del pueblo y sus alrededores, y es lugar de reunión de la juventud.
Otra característica de Torrecilla son sus aguas. Hay varias fuentes de gran calidad y una empresa embotelladora, además existe un manantial de aguas calientes.
Marga G.-Chas Ocaña