Lardero es uno de esos pueblos que prácticamente ha sido absorbido por Logroño, del que sólo dista 4 kilómetros. En los últimos años ha experimentado un gran aumento de población porque mucha gente de Logroño lo ha escogido como lugar para vivir, en un ambiente mucho más relajado que el de una ciudad, pero con la ventaja de la cercanía, ya que hasta los autobuses urbanos llegan a Lardero.
Lardero tiene una gran tradición agrícola frutal, sus uvas, melocotones, peras, manzanas, son sinónimo de calidad, aunque ya su nombre, que viene del latín laudantus, nos recuerda que en la antigüedad tuvo una gran importancia por sus salazones.
Entre los monumentos que podemos visitar en Lardero destacan: la Iglesia Parroquial de San Pedro, de la primera mitad del siglo XVI, una iglesia monumental por su tamaño, concebida para tres alturas; la Basílica de San Marcial, construida en el siglo XVIII por Gregorio de Alzola, con una cúpoula de crucero decorada con pinturas ilusionistas del siglo XVII; un crucero de piedra con templete, del siglo XVI situado a la salida del pueblo y varias casonas de entre los siglos XVI y XVIII, varias de ellas en la calle González Gallarza.
Entre las tradiciones que con los siglos se han ido convirtiendo en fiestas populares están la de “Los Quintos”, que celebran los chicos y chicas con 18 años los días 5 y 6 de enero y, luego repiten con 45 años, en la que van de rondalla por el pueblo ofreciendo pastas a los vecinos; la «Fiesta de los Mayos» en la cual, los niños construyen los «mayos» que luego son expuestos en la Plaza del Ayuntamiento en el Concurso de Mayos, todos juntos van de casa en casa pidiendo los típicos huevos, «perras» y rosquillas, cantando en cada casa, luego se las comen todos juntos en la plaza. El 15 de Mayo, se celebra «San Isidro«, fiesta típica en honor a los labradores, con la clásica procesión en honor al Santo; y sus fiestas más importantes, que son en julio, en honor a «San Pedro y San Marcial«, fiestas que empiezan con un lanzamiento del cohete y se celebran procesiones y misas con danza en honor al Santo, charangas, degustaciones, encierros, parques y actuaciones infantiles, sin olvidarnos de las famosas y grandiosas verbenas y los toros de fuego.
Marga G.-Chas Ocaña
