La gastronomía típica de La Rioja es variada. Aunque rica, sobre todo, en carnes hay popularísimas especialidades “a la riojana” como las patatas y el bacalao. Pero si en algo es superlativa la tradición gastronómica de la comunidad es, sin duda, en el concepto de “tapeo”, por su exquisitez, variedad y abundancia.
No podemos hablar de “ir de tapas” en La Rioja, sin pensar en Logroño y en dos de sus calles del casco antiguo: San Juan y Laurel. Con sólo comentar que se las conoce popularmente por “la senda de los elefantes”, porque se allí puedes salir con una buena trompa y a cuatro patas, es suficiente para captar la idea del ambiente. Multitud de locales de todo tipo: bares, tabernas, restaurantes, ofrecen sus especialidades en vinos y tapas, a cuál más exquisita.
Es imposible recorrerlos todos, así que para poder escoger adecuadamente, se puede conseguir una guía en a Oficina de Turismo, donde vienen detalladas las tabernas de la zona con sus especialidades y precios; una información de utilidad para nuestro paladar y nuestro bolsillo.
Cada taberna ofrece su particular selección de vinos por copa y sus especialidades culinarias en “tapa”. La variedad es inmensa: desde las clásicas “bravas” o “tortilla española” hasta sofisticados montaditos de morcilla con huevo de codorniz. Aunque la estrella son los champiñones, grandes, carnosos, a la plancha, con salsa, rellenos…. y el pincho más típico el del Soriano, sobre rebanada de pan y coronados por una gamba.
Aunque para los delicados de estómago, ojo con otro de los productos estrella de la Rioja, presente en muchas de sus recetas: la guindilla.
Marga G.-Chas Ocaña