Calahorra está situada a medio camino entre Logroño y Tudela, en La Rioja. Se asienta en una fértil llanura influida por su cercanía al Ebro, que se encuentra a tan sólo 3 km. Es famosa por su coliflor, con denominación de origen, además de una gran variedad de productos de la tierra muy apreciados en toda la península y en el extranjero, lo que le ha valido el sobrenombre de “Capital de la Verdura”.
Sus extensas zonas silvestres invitan al visitante a practicar el senderismo, cuyo punto de partida puede ser su Parador Nacional Mario Fabio, en honor a Quintiliano.
Pero no conformes los calahorranos con compartir su bello paraje, nos complacen con sus fiestas, gastronomía, actividades culturales y los recorridos de sus calles, que rezuman historia en una de las ciudades más viejas de España. Es una gozada que nadie se puede perder.
Hay mucha información de la antigua Calahorra gracias a textos medievales y posteriores. Nos da a entender que Calahorra ha estado siempre unida a los acontecimientos más importantes del Norte de España. Restos arqueológicos nos hablan ya de 2000 a. C. y dos siglos antes de nuestra Era ya la habitaban romanos, para sucederse tríbus godas, musulmanes, cristianos (diversas dinastías de Castilla, Navarra y Aragón).
Todo ello nos da una idea de por qué se confiere en Calahorra ese carácter políglota, y por qué al pasear por su judería nos impregna el orgullo que nos transmite esa importancia que dan los sabios muros de sus edificios.
Su judería era de las más importantes de la Edad Media peninsular. Se proyectaba a partir de la sinagoga ubicada en el lugar que ocupa hoy la es la iglesia San Francisco .
Sin duda pasear por su casco antiguo, con detalles que datan de la época romana (como algunos desagües que dan a cloacas de aquellos tiempos o parte del circo romano de la ciudad), pasando por sus monumentales: Catedral, Palacio episcopal, sus iglesias, conventos o monumentos civiles, como otros de talle y estilo más modernos, como la estatua erigida en honor a Quintiliano en 1970, nos va acercando en el tiempo a la Calahorra más moderna, emprendedora y hospitalaria.
Prueba de ello son las multitudinarias degustaciones gastronómicas de sus fiestas patronales a San Emeterio y San Celedonio Sus muestras alimentarias (como el mercado romano) y jornadas gastronómicas se celebran en diversas épocas del año. Ideales para comprobar que lo más moderno no riñe en absoluto con lo más sabroso.